DE LAS REALES CABALLERIZAS A LOS JARDINES DE SABATINI.

Donde hoy se encuentra el Palacio Real de Madrid (también llamado Nacional o de Oriente, dependiendo de las vicisitudes históricas) se alzó hasta el año 1734 el después abrasado Real Alcázar. 

El terreno de 27.000 m2. situado en la parte norte del Palacio, donde hoy se encuentran los Jardines de Sabatini, fue ocupado entre los años 1789 y 1932 por las Caballerizas Reales, un vasto edificio encargado por Carlos III al arquitecto italiano Francesco Sabatini (1722-1797) y que éste construiría sobre un singular terreno con formidables desniveles.

Fuente: Skyscrapercity.com / Memoriademadrid.es (1932 y 1957).
Vistas aéreas de las Caballerizas -izquierda- y de los Jardines de Sabatini -derecha-.

Aquel magnífico conjunto de edificaciones, aunque desde el exterior parecía tratarse de una sola, tenía dos puertas de acceso principales: una en la calle de Bailén y otra en la cuesta o paseo de San Vicente, además de diversas entradas secundarias. En el año 1847 el interior de las Caballerizas contaba con una población de 486 personas (136 empleados que vivían con sus familias y 153 jornaleros) y daba cobijo a 500 cabezas de ganado (caballos de silla y de tiro, yeguas, mulas) siendo su presupuesto para ese año de 2.850.000 reales.

Fuente: Memoria de Madrid (años 30 del siglo XX).
A la izquierda la fachada de las Caballerizas correspondiente a la plaza de España y calle de Bailén.
A la derecha la entrada principal por la calle de Bailén.

Las Caballerizas Reales estaban dotadas de todo lo necesario para el cuidado y mantenimiento de animales. Contaban con picadero, fraguas, herraderos, enfermerías, botiquín, cuadras de forrajes y de contagio, baños para animales, así como también con la zona del Guadarnés General o extensa nave con sesenta y cinco armarios en los que estaban dispuestos y ordenados los atalajes, las sillas de montar, las ropas de los cocheros y lacayos, además de exponer bonitos objetos antiguos de utillaje ya en desuso. En el recinto de las cocheras se guardaban carrozas y coches de sala, sillas de posta, furgones, coches de camino, birlochos, briskas y demás tipos de carruajes al uso.

Fuente: Memoriademadrid.es (principios de los años 30 del siglo XX).
A la izquierda sillas de montar y utillaje en la zona del Guardés General.
A la derecha el recinto destinado a los caballos, entonces en desuso.











Además de viviendas para las familias de sus trabajadores, las Caballerizas Reales contaban con escuelas para niños y niñas.

Fuente: Memoriademadrid.es (1931)
Escuela para niñas en el recinto de las Caballerizas.

En el año 1932 el ayuntamiento comenzó los trabajos de la demolición del gran complejo de edificios, convocando un concurso público de ideas para construir en su terreno un gran jardín abierto a toda la población. De los once proyectos presentados sería elegido el realizado por los arquitectos Ramón Aníbal Álvarez, Miguel Durán Salgado, Fernando García Mercadal y el ingeniero Ricardo Pérez Calvet. Posteriormente el consistorio adquirió la propiedad de todos los proyectos y al ser nombrado García Mercadal arquitecto municipal fue también el designado para la realización del jardín. La Junta del Madrid Artístico y Monumental propondría, en el año 1934, como nombre del recinto el de Jardines de Sabatini en recuerdo del arquitecto que proyectó las Caballerizas Reales.

Fuente: B.N.E.
Proyecto publicado en prensa el 1 de febrero de 1935.

Parece que la dificultad del terreno, debido a sus enormes desniveles, fue motivo de una larga controversia que dilataría excesivamente el inicio de la obra. A principios del año 1935 aún se continuaba discutiendo sobre la necesidad de construir un muro de contención en la pendiente de la cuesta de San Vicente, que para algunos restaría perspectiva al Palacio; también hubo propuestas acerca de realizar todo el jardín de modo escalonado y en descenso desde la calle de Bailén, para buscar la rasante de la parte más baja del terreno. Pero al fin, en el mes de febrero de ese año, dan comienzo las obras que tendrían un presupuesto de 1.682.581 pesetas, cantidad que saldría de los fondos de recargo de la décima para la lucha contra el paro obrero. Con la finalidad de emplear al mayor número posible de trabajadores, se acordó que el tallado de las piedras se ha de hacer sobre el propio solar de Caballerizas.

Fuente fotografía de la izquierda: Urbanity.es (1935)
Fotografía de la derecha: M.R.Giménez (2014)
Construcción de la escalera que da entrada a los jardines por la calle de Bailén.

Se trataba de realizar un jardín público (con paseos amplios, espacios para niños, aseos para señora y caballero, fuentes para beber, lugares de sombra y descanso) cuyas características eran diferentes a las de un jardín histórico y crear un espacio de separación entre el Palacio y el nuevo recinto, a modo de lonja, enlosado de granito e inaccesible desde el parque. 

Fotografía de la izquierda: Juan Miguel Pando (a mediados de los años 50 del siglo XX).
Fotografía de la derecha: M.R.Giménez (20149
Recinto de la lonja que separa el palacio de los jardines.

El jardín tendría tres accesos principales, dotados de grandes puertas en hierro para cerrar durante la noche: uno por el chaflán de la plaza de España, otro por una monumental escalera que se situaría en la calle de Bailén, desde donde se dominara la totalidad de su espacio, y un tercero por medio de rampas a la italiana con un nicho fuente de piedra de Colmenar (hoy desbaratado) por la cuesta o paseo de San Vicente. 

Fotografías: M.R.Giménez (2014)
Aspecto actual de la entrada a los jardines por la cuesta de San Vicente. A la derecha se puede ver el pilón de la fuente, hoy desbaratado.

El enorme declive del terreno se salvaría creando distintos niveles: uno, en la parte inferior, de forma regular en el que se desarrolla un trazado de amplias líneas con macizos de bojes recortados y pequeños estanques (cuatro unidades) de granito en torno a un gran estanque central bordeado de jardinería y estatuaria igual a la de la plaza de Oriente. Otra nivelación estaría algo más elevada sobre el plano anterior, instalando en su parte central la Fuente de la República y grupos de esculturas conmemorativas (ornato que no llegaría a realizarse).

Una parte del jardín, donde antes estuvo el Patio de la Regalada de las Caballerizas, se dispondría en un plano superior sirviendo de mirador sobre el resto del recinto. El motivo para la realización de esta zona elevada fue evitar las costosas obras de contención de la calle de Bailén. 

Fuente de la fotografía de la izquierda: Urbanity.es (1935)
Fotografía de la derecha: M.R.Giménez (2014).
Construcción de la escalera por la que se accede a la parte más alta de los jardines, donde estuvo el Patio de la Regalada de las Caballerizas. A la derecha, vista actual.

Para la disposición del arbolado se tuvo en cuenta la orientación de los vientos dominantes, del norte y del noroeste; de esta forma hileras de grandes chopos blancos protegían del aire y del calor durante los veranos, permitiendo la entrada del sol durante los inviernos. En el jardín también se instalaron coníferas, arbustos de hojas persistentes, plantas de jardín bajo, alguna zona de pradera y flores, únicamente alrededor del estanque central.

Otras dotaciones fueron las casetas para los guardias y los bancos de granito en una sola pieza.

El proyecto, que finalmente llevaría a cabo el arquitecto municipal Fernando García Mercadal, se expuso para su explicación en el Patio de Cristales del ayuntamiento de Madrid el día 31 de enero de 1935 y unos días después comenzarían las obras que se llevan con excesiva parsimonia, ya que no hay más que doce obreros trabajando a pesar de que se acordó realizar estas obras porque en ellas podían encontrar ocupación cientos de trabajadores.

Con el inicio de la Guerra Civil Española la construcción de los Jardines de Sabatini se detuvo y no volvería a retomarse hasta que el arquitecto Manuel Herrero Palacios recibió el encargo de llevar a cabo su conclusión. Será en el mes de octubre de 1950 cuando finalmente serían inaugurados los Jardines de Sabatini, con algunas modificaciones sobre el proyecto inicial.




Fuentes:

Hemeroteca de la B.N.E.
Hemeroteca del ABC
“Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar” Pascual Madoz. (1847).
Es.wikipedia.org

Comentarios

  1. Que recuerdossss....
    Primeros "novillos" del Ramiro de Maeztu de la calle Cadarso,primeros intentos de ligue, la pandilla, mañanas de domingo, .....Ufff...!!! Me parece que me hago viejo....
    Antoñito I El Maligno

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  2. Sí, Antoñito, los Jardines de Sabatini fueron un lugar muy visitado por la generación del "baby boom". Para muchos fue el lugar de veraneo durante los años sesenta del siglo pasado.
    Un gran beso y .... ¡Mejor hacerse viejo que no poder contarlo! ¿No crees?.

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  3. Efectivamente un sitio increíble, no sólo la generación del "baby boom" sino las nuevas generaciones nos dejamos caer por allí para disfrutar de un día! Saludos!

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  4. Gracias por tu comentario, Pepis Flor. La diferencia entre las nuevas generaciones y la del "baby boom" es que esta última veraneaba en dichos jardines durante los meses de julio y agosto, un día tras otro.
    Un saludo.

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  5. Pero habría que haber citado al arquitecto municipal Manuel Herrero Palacios por sus trabajos en la ampliación de los jardines hasta Cuesta San Vicente.

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  6. El arquitecto Manuel Herrero Palacios aparece claramente citado en el último párrafo del texto.

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  7. Y porque silencias que fueron demolidas por el gobierno de la republica que no se dedicó más que a derribar todo lo que significara monarquia. Hablas del derribo ordenado por el consistorio sin mencionar el motivo. Pena de información sesgada y verdades a medias.

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  8. La finalidad de este artículo del blog ha sido contar la historia de los Jardines de Sabatini y de lo que ocupó su lugar anteriormente, sin entrar a valorar pormenores, irrelevantes aquí, respecto a unas obras que tuvieron lugar hace casi noventa años.
    Debido a la farragosa ortografía empleada en tu comentario, desconozco si se trata de una pregunta o de una afirmación. En cualquier caso, creo que ha quedado claro el propósito de la historia aquí narrada.

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