FÁBRICA DE ESPUMOSOS “EL GALLO”.

La madrileña calle del Cardenal Cisneros, situada en el distrito de Chamberí, no fue urbanizada por completo hasta el último cuarto del siglo XIX. Esta zona, situada fuera de la Cerca de Felipe IV que circundaba la ciudad hasta que fue derribada en el año 1864, formó parte del Plan Castro, que haría ensanchar los límites de Madrid.

 

Fotografía: Manuel Chamorro (2021). Placa de la calle del Cardenal Cisneros instalada en el año 1917 para conmemorar el cuarto centenario de su fallecimiento.

Aquel terreno en el que se habían establecido míseras casas, merenderos, tejares y pequeñas fábricas artesanales contaba con setecientos vecinos a mediados del siglo XIX y en el año 1920 se habría convertido en un distrito populoso con anchas calles, hermosos paseos y una manifestación de potencia industrial que enorgullece a sus habitantes.

Una de las modernas fábricas instaladas en la citada calle del Cardenal Cisneros elaboraba bebidas espumosas y sifones. Construida sobre el año 1920 por Francisco Duffo, pocos años después pasaría a ser propiedad de Antonio García Rodríguez y llevaría por nombre Espumosos, Gaseosas y Jarabes “El Gallo”.

 

Fuente: Pinterest.es (años 20 del siglo pasado). La fábrica "El Gallo" aún sin la nueva construcción de la calle de Olid.
 

Sin duda sería Antonio García quien dio relevancia a esta fábrica, agrandando sus instalaciones en el año 1925 con proyecto del arquitecto García Cabrera (Vicente ?). En la fachada del edificio, sobre la puerta principal de la calle del Cardenal Cisneros, se instaló un rótulo de cerámica valenciana realizado por Juan Bautista Molins. En él se podía leer “Fábrica de Espumosos El Gallo Gaseosas y Jarabes” que incluía el perfil de la figura completa de un gallo pintado con vivos colores. 

 

Fuente: elangeldeolavide.blogspot.com (años 70 del siglo pasado). La fábrica con el colorido rótulo de cerámica.

Sus productos, denominados con las marcas “El Gallo” y “El Cisne”, higienizaban el agua mediante el novedoso y excelente aparato Radiozono que, como su nombre indica, utilizaba el ozono para tal fin.

 

Fuente: hemerotecadigital.bne.es (1930). Anuncio de la fábrica y sus productos.

Muy populares entre los niños de los primeros años del siglo XX eran las gaseosas de bola o de boliche, también fabricadas por “El Gallo”. Su cierre tenía una pequeña esfera de cristal, que sellaba la botella con la misma presión de la bebida. Para destaparla sólo había que empujar con el dedo la bolita, que se depositaba en la parte inferior del cuello del envase, dejando pasar el refresco. 

 

Fuente: todocoleccion.net. Envase de gaseosa de bola.
 

La fábrica de espumosos “El Gallo” mantuvo su actividad hasta la década de los años sesenta del pasado siglo. Luego, su edificio vacío y la bonita cerámica de su fachada quedaron como un icono abandonado entre las calles del Cardenal Cisneros y de Olid.


Fotografía de Martín Santos Yubero - madrid.org. (años 70 del siglo pasado).

En el mes de abril de 1995 el viejo edificio fue declarado en ruinas, al no contar con la protección integral dentro del Plan Especial de Protección y Conservación de Edificios de la ciudad. En la licencia de demolición de la fábrica se hacía la prescripción expresa de que el friso de azulejos de la fachada debía ser recuperado, pieza de la que actualmente se desconoce su paradero.

 

Fuente: munimadrid.es (1997). La fábrica abandonada estuvo en un lamentable estado.
 

A finales de la década de los años noventa el inmueble fue derribado en su totalidad. 

 

Fotografía: Manuel Chamorro (2021).

El solar de la fábrica de Espumosos “El Gallo” continúa vacío, a fecha de hoy, rodeado por una tapia.



Fuentes:

 

elangeldeolavide.blogspot.com

elrincondemayrit.blogspot.com

hemerotecadigital.bne.es

munimadrid.es

pinterest.es

todocoleccion.net

Trazos de mi niñez” de Rosario González Truchado. (In memoriam).



Comentarios

  1. Hubo un tiempo en el que hasta los edificios industriales podían ser hermosos.

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  2. Así fue. Siempre había magníficos detalles con los que llamar la atención, que poco a poco han ido desapareciendo. ¿Quizá tirados a la escombrera? Quien sabe.

    Un saludo, Conde.

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  3. Soy El Brujillas, Novelista y Escritor, es una verdadera vergüenza y preocupación que una fábrica de estas envergadura termine demolida en el corazón de Madrid, sin embargo la fábrica de Cervezas "El Águila" si haya tenido apoyo de esta comunidad y se realicen pequeñas Exposiciones y dependencias de la comunidad y tengan visitas guiadadas por todas sus instalaciones.

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    1. Gracias por tu comentario.
      Desde luego, el edificio de esta fábrica de El Gallo no era tan grande ni espectacular como el de El Águila. Lo que sí representaba era la industria del barrio, cosa que ha ido desapareciendo. Su bello emblema fue una pérdida irreparable.

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